En el Carmelo creemos que la cocina es la octava de las Artes; el arte que llega al paladar pasando primero por la vista, el olfato, o el gusto. Y partiendo de esa idea, nos esforzamos en cuidar la creación de nuestros platos, pero, eso sí, sin olvidar las raíces gastronómicas más tradicionales, la cocina mediterránea, y los productos de nuestra tierra que nos llegan de los productores y empresas más cercanas, de la comarca del sureste de la Comunidad de Madrid y del propio Villarejo de Salvanés, un municipio además, con una fuerte tradición agraria.
Por eso, en El Carmelo los comensales pueden elegir los vinos de Villarejo de Salvanés, dentro de la subzona de Arganda del Rey, y comer, así, con denominación de origen Vinos de Madrid.
Por eso, los aceites de Villarejo de Salvanés son imprescindibles en nuestra cocina. No podía ser de otra manera estando en el municipio con mayor número de hectáreas de olivar de toda la región y con almazaras de reconocido prestigio.
Al origen de los productos, a la creación de los platos basada en la tradición, sumamos el cuidado en la presentación. Visualmente podríamos decir que creamos platos que son como cuadros, jugando con los colores, los sabores y los sentidos. Y todo con un buen precio.
En Gastrobar Carmelo ofrecemos raciones, tapas y pinchos fríos y calientes elaborados en el momento, con la rapidez de un simple bar.
Productos de calidad, frescos y con un toque de creatividad: Morcilla de Beasaín, steak tartar, la tartaleta de txangurro al horno, el pudin de cabracho con mahonesa de piquillos o la sardina ahumada, confitura de tomate y pan de aceite.
Croquetas de jamón ibérico o el carpaccio de presa ibérica ahumada con aceite de trufa, a platos más elaborados como el foie mi-cuit a las especias con almendras o las boletus salteados con jugo de carne y yema de huevo.